OCTAVIO SALAZAR: «EL FEMINISMO ES UNA FORMA DE VIDA»

Mar 21, 2019

El escritor y jurista cordobés Octavio Salazar (Cabra, 1969) ofreció ayer una magnífica conferencia en el Centro Municipal de Información a la Mujer, actividad encuadrada en el Marzo Violeta organizado por el Área de Igualdad del Ayuntamiento con motivo del 8M.

El escritor y jurista cordobés Octavio Salazar (Cabra, 1969) ofreció ayer una magnífica conferencia en el Centro Municipal de Información a la Mujer, actividad encuadrada en el Marzo Violeta organizado por el Área de Igualdad del Ayuntamiento con motivo del 8M.

Una charla que está dirigida principalmente a hombres, pero que como suele ocurrir en estos actos, son los menos los que acuden. Había cuatro hombres por unas treinta o cuarenta mujeres.

La concejala de Igualdad, Marta Montenegro presentó al protagonista, autor de casi una treintena de libros, acapara varios premios y reconocimientos y es miembro de la Red Feminista de Derecho Constitucional y de la Rede de Hombres por la Igualdad.

Bajo el título ¿Podemos los hombres ser feministas?, desgranó en su conferencia desde multitud de flancos que el feminismo no es una cuestión de las mujeres, de la lucha de estas, sino también de los hombres, todos tenemos que implicarnos.

De hecho, en la portada de su último libro, #Wetoo, aparecen las frases Tu lucha, Mi lucha, Brújula para jóvenes feministas. Y es que su reciente creación literaria va destinada principalmente a ellos, a los adolescentes, a los que ve bastante perdidos y reproduciendo comportamientos machistas. Lo comprueba en las decenas de conferencias que va dando por institutos de media España. #Wetoo es un manual para ayudar a los jóvenes a convertirse en los adultos que lideren un futuro más justo.

Lo primero es tener claro que es el feminismo. Por desconocimiento o ignorancia, no se sabe el significado real del mismo. Lo contrario al feminismo no es el machismo. Ser feminista es querer la igualdad, y por eso los hombres deben sentirse interpelados por el término, porque no se trata solo de una cuestión que afecte a las mujeres. Pero todo esto todavía hay que explicarlo y divulgarlo. En las charlas que suele dar en institutos y universidades Octavio Salazar ve que las chicas cada vez lo tienen más claro, pero los chicos se desconciertan o se ponen a la defensiva porque para ellos supone perder el trono en el que históricamente el hombre ha vivido. Una renuncia a sus privilegios que les deja sin referentes.

El escritor cordobés explicó que “nuestra masculinidad se ha construido en base a una serie de renuncias. Se nos han hecho perder un montón de capacidades y habilidades que son muy satisfactorias para cualquier ser humano y que hemos considerado solo propias de mujeres. Hablo de lo emocional, la capacidad de cuidar, la vulnerabilidad, la ternura, el no tener que ir de héroes constantemente… Seríamos mucho más felices y tendríamos unas vidas más plenas con todo esto. Tener que ser un machote poderoso constantemente es una carga pesadísima. El feminismo es una propuesta emancipadora para todo ser humano. A las mujeres las libera de las discriminaciones que siguen sufriendo y a los hombres de las cadenas que les impone un modelo de masculinidad muy tóxica que también les oprime”.

Octavio Salazar expuso que el estereotipo de hombre competitivo, exitoso, musculado, rico, invencible, ligón… hace a los hombres "reales" también infelices. “Necesitamos buscar otras referencias para contrarrestar ese mensaje. El día que un futbolista salga diciendo que es gay habremos derribado una barrera inquebrantable ahora mismo. Yo subrayaría otro tipo de comportamientos, cuando por ejemplo dos tenistas triunfadores como Rafa Nadal o Roger Federer lloran y se abrazan después de un partido. Estos mensajes son muy poderosos para la sociedad pero todavía son escasos”.

En #Wetoo habla desde la historia del feminismo, la sociedad patriarcal, la corresponsabilidad, la violencia de género, los micromachismos, el lenguaje machista, etc. Y también de dos temas que afectan principalmente a los jóvenes: la sexualidad-pornografía y el amor romántico.

En su libro habla sobre la pornografía como base errónea de una educación sexual que refuerza la idea de mujer como ser a dominar. “Los jóvenes tienen a su disposición el porno a golpe de clic”.

Salazar defiende que “el porno ni se puede prohibir ni eliminar, ni ser feminista significa ser una puritana. La realidad está en que los estudios demuestran que la media de edad con la que se accede a pornografía por primera vez es de 11 años. ¿Y qué enseñan el 80% de esos contenidos? Que las chicas están para ser usadas. Lo importante es tener una buena educación sexual en casa y en la escuela, pero lamentablemente esta no existe. No se enseña que en el sexo no vale la imposición, que el disfrute se debe generar para las dos partes, no se explica qué es el consentimiento… Hay que construir otro modelo de vivir la sexualidad”.

En este tema también entra el asunto de la prostitución. España es el tercer país de Europa en consumo de prostitución. “Para los jóvenes cada vez es más fácil acceder a ella, relativamente barato también”.

#Wetoo se estructura en torno a frases muy significativas. Una de ellas es “El origen de la violencia de género está ligado en gran medida a los mitos del amor romántico”. Para Salarar “la cultura mundial se ha construido en torno a la idea para las mujeres de que el amor es el eje central. De que para ser felices y sentirnos plenos y realizados tenemos que vivir en pareja. Los hombres también tienen esta idea instaurada en su cabeza pero para ellos no es tan primordial porque su éxito social depende de más factores. Esto está tan metido en el cerebro de las mujeres incluso en el de las más concienciadas, que lleva a permanecer en relaciones insanas, a pensar que la otra persona cambiará, a creer que en una relación hay que "soportar" cosas. ¿Qué es eso de que quien bien te quiere te hará llorar? El amor verdadero no supone sufrimiento. Es terrible que el amor se escenifique en algunos puentes con un candado, con un elemento que encierra, que se pone en las jaulas, que otorga posesión. Es una metáfora brutal en la que también hay que trabajar. Enseñarles a los más jóvenes lo que sí que es el buen amor, que se basa en el respeto e igualdad de las dos partes”.

Por último, el escritor egabrense resumió la parte final de su libro donde da algunos consejos de cómo deberían ser los hombres, la construcción de nuevos imaginarios colectivos creando otros referentes de hombres lejos de los machotes, los musculosos…: hombres vulnerables y dependientes; emocionales; educarlos para convertirse en cuidadores; cambiar la violencia por la empatía; la competición por la cooperación; que asuman responsabilidades en lo privado y familiar; que tengan respeto a la autonomía en la sexualidad.

Imágenes